viernes, 8 de febrero de 2008

Un verdadero cuento de hadas

Había una vez, una linda princesita que deseaba encontrar a su príncipe azúl. Pero sus padres querían casarla con un malvado y feo hombre que sólo deseaba (...) y su dinero. Para evitar que la princesa se enamorara del príncipe equivocado, sus padres la encerraron en una enorme torre custodiada por una horrible serpiente. La princesa lloraba todos los días, desolada por aquella terrible situación en la que se encontraba. La única que escuchaba su llanto era esa horrible serpiente cómplice de sus males. Un día, la serpiente le preguntó:

-¿Por qué lloras hermosa princesa?
-Mis padres me han encerrado para que yo no encuentre nunca a mi príncipe azúl.
-No busque más, hermosa princesa. Yo soy un príncipe azúl.

La princesa, por primera vez en 16 días de encierro, soltó una estruendosa carcajada y no podía parar de reir. La serpiente, amante de los cuentos de hadas, no podía creer la actitud de la princesa. Se sabía de memoria todas las historias y nunca había conocido a una princesa que se burlara de esa manera.

-Es verdad, hermosa princesa. Yo soy un principe azúl. Pero hace muchos años, una malvada bruja me convirtió en la horrible serpiente que ves.
-Pues no te creo nada, horrible serpiente. La vida me ha enseñado a desconfiar de todo.
- Puedo demostrarlo, sólo tienes que darme un beso, y me convertiré nuevamente en el príncipe azúl que solía ser.

La princesa seguía muy divertida, pensaba que aquel encierro en verdad había valido la pena, tan sólo por la oportunidad de conocer a tan extraño y demente personaje. Sin mucho pensarlo, pues la princesa se caracterizaba por su ACTITUD, decidió darle un beso, no por que confiaba en sus palabras, NOOOOOO, sino por seguirse divirtiendo con aquella ridícula promesa.

-¡MUUUUAAAAC!
-¿Qué paso? ¿Te gusto? ¿Soy ese príncipe azúl que tanto habías buscado?
-Jajajajaja, claro que no, eres la misma horrible serpiente de siempre.
-Peroo... ¿cómo? Un hada me dijo que el hechizo se rompería con un beso.
-Tal vez ahora hayas aprendido como yo, a no confiar en nada ni en nadie, mucho menos en las hadas. Oooooo, a no intentar engañar a los demás con historias tan insólitas. Y disculpa que me retire, pero ahora que te he conocido y que te veo así, tan vulnerable e imperfecta, tengo el valor suficiente para irme a pesar de tí. Con permiso... Adios.

FIN

(Gracias a mis alumnos y maestros de 3 años por la inspiración. Ah y a mi maestra de kick boxing por enseñarme a dar buenos ganchos y patadas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Noooo, Erika! ¿Qué no has entendido nada?: el enemigo no son las serpientes ni las hadas, ni siquiera somo nosotras mismas... No te quejes, al final, las supergirls necesitan trabajo. Besos y ¡a defender la esperanza (que es lo único que nos queda, jajaja)! P.D. Suerte en Puebla, que se diviertan.